Si estás leyendo este artículo, es porque sabes que las entrevistas laborales representan un punto clave en la obtención de un empleo y, seguramente, porque en este momento estás buscando un trabajo que te ayude a mejorar tu calidad de vida.
Claro está, es normal que te sientas algo nervioso y cometas algunos errores que disminuyan tus probabilidades de ser contratado. Para que no te pase eso, en este artículo hemos recopilado 9 cosas que debes evitar cuando te presentes frente a un reclutador.
¡Empecemos!
Llegar tarde a cualquier evento laboral representa una falta de respeto bastante grande. Esto no puede ocurrir en una entrevista laboral, pues tu primera impresión va a ser bastante mala y hará que el reclutador piense que el trabajo no te interesa tanto.
Llegar a tiempo refleja tu compromiso y el nivel de organización que tienes, así que programa tu día de tal manera que puedas prever cualquier situación inoportuna y llegar con 15 o 10 minutos de anticipación a tu cita.
Una entrevista laboral deberá ser llevada de manera profesional en todo momento, no importa el puesto que quieras desempeñar. Por eso, evita “tutear” al entrevistador y compórtate de la manera más respetuosa posible.
Por supuesto, si el entrevistador resulta ser alguien muy ameno y te invita a que lo trates de “tú” y te relajes, ¡hazlo! Sin embargo, incluso en esos casos debes cuidar tu vocabulario y evitar abusar de la confianza del entrevistador.
No nos referimos a que hables sin parar, ya que nadie disfruta estar al lado de una persona que no sabe mantener una conversación, sino que evites silencios incómodos o pausas largas durante la entrevista laboral.
Estas pausas darán la percepción de que no estás a gusto y que te cuesta relacionarte con las personas, lo cual es un mensaje muy malo puesto que la mayoría de los trabajos requieren alguna forma de trabajo en equipo.
Realmente, lo ideal es que aproveches esta oportunidad para que el entrevistador te conozca, incluso, no tengas miedo si la conversación de repente se desvía de cosas relacionadas con el trabajo. Deja que las cosas fluyan de manera natural y es muy probable que tu entrevista sea un éxito.
Eso sí, sé prudente. No dejes que los nervios te ganen y te conviertan en alguien que habla mucho (o muy poco). A su vez, llega con varias preguntas en mente para que no te quedes con ninguna duda cuando salgas de la entrevista.
Nunca olvides que serás evaluado desde que llegas hasta que te vas. Cuida tu lenguaje corporal antes, durante y después de la entrevista, pues tu actitud se verá reflejada en estos gestos y movimientos.
Si no sabes nada sobre “lenguaje corporal” no te preocupes, ver algunos videos o tutoriales y leer un poco al respecto es suficiente para que puedas tener presente los movimientos involuntarios que debes evitar durante la entrevista.
Esto es muy importante porque, por lo general, los reclutadores conocen bastante bien ese tipo de gestos y sacarán muchas conclusiones de lo que sea que hagas.
Cuidar una mentira es mucho más complicado que decir la verdad. Está bien ser ingenioso para poder resaltar tus habilidades y fortalezas mientras disminuyes la importancia de tus debilidades, pero jamás mientas.
El cuerpo puede ser el primero en traicionar a nuestra propia mente y delatar la mentira, lo que dejará al reclutador con una sensación poco grata y de desconfianza. Además, recordar hechos verdaderos siempre será más sencillo que inventar historias para quedar bien frente al entrevistador.
Recuerda que tarde o temprano la mentira saldrá a relucir y, aunque logres quedarte con el puesto, esa mentira puede comprometerte en situaciones que desconoces y poner en riesgo tu posición.
Tu vestimenta debe ser formal a menos que el anuncio del trabajo diga lo contrario.
En el caso de los hombres, deben tener siempre camisa, pantalón de vestir, saco, corbata, zapatos formales limpios y estar bien peinado; en cuanto a las mujeres, pantalón, camisa o blusa de vestir, estar preferiblemente con el cabello recogido y llevar poco maquillaje.
También evita prendas descuidadas o rotas y asegúrate de oler bien.
Por supuesto, esto es un tema muy importante que, implícitamente, todos en la habitación saben que es vital, y eso incluye al entrevistador. Sin embargo, si te enfocas demasiado en este punto puedes terminar viéndote como alguien poco profesional.
Está bien que busques darte una idea, pero tu enfoque debe estar más relacionado con lo que vas a hacer en la empresa, lo que puedes aportar y cómo lucirá tu camino profesional una vez que te den el trabajo.
¡Recuerda que el dinero es una recompensa a tu esfuerzo!
Durante la entrevista es vital que escuches a tu entrevistador y respondas de manera breve y asertiva, sin dar rodeos a la información que te solicita.
Evita interrumpir y propón un diálogo dinámico, siempre esperando que la contraparte termine de hablar.
Antes de presentarte es muy importante que conozcas la empresa lo más a fondo que puedas.
Investiga en qué ciudades están, qué hacen, cómo lo hacen y qué productos o servicios ofrecen, esto te ayudará a poder enfocar tu perfil hacia las actividades que ellos realizan teniendo ejemplos mucho más claros de cómo puedes aportar a su organización.
¡Y listo! Evita todos estos detalles y tus entrevistas laborales serán mucho más exitosas.
Recuerda siempre ser tu mejor versión en las entrevistas y utilizar tus fortalezas para poder demostrar que eres la persona más calificada para el puesto vacante.
Preséntate siempre con la mejor actitud de servicio, con ganas de hacer las cosas, optimista y con visión. ¡Estas características te pondrán por delante de muchas personas!
Y, ¿qué piensas? ¿Conocías todos estos puntos? ¿Se te ocurre alguno que no mencionamos? ¡Escríbenos en los comentarios!