Por: Héctor Trejo*
Partiendo de la idea de que trabajaremos por lo menos treinta años de nuestra vida o más, se vuelve imperante analizar cómo conseguir mayores niveles de felicidad en el trabajo y bienestar en los espacios laborales en los que pasamos al menos ocho horas al día. El Foro Económico de Davos denomina a este tema el Human Age, por lo que considera fundamental que los trabajadores mantengan un equilibrio adecuado entre su vida laboral y su vida personal.
Comparto algunas ideas que expone el economista y experto en sicología positiva Santiago Vázquez en su libro “La felicidad en el trabajo y en la vida” en el que se hace énfasis en la importancia del autoconocimiento y la autogestión como elementos claves para desarrollar fortalezas emocionales, la importancia de mantener buenas relaciones con los demás y el entorno, la flexibilidad y la capacidad de adaptación, así como hacer propios los valores intangibles de la empresa y reforzar el entendimiento y apreciación de la felicidad.
Para Santiago Vázquez, el principal motivo por el cual no logramos sentirnos felices en nuestro trabajo es porque las actividades que realizamos no satisfacen las expectativas e intereses básicos y, por otro lado, no sentimos que la labor que nos toca ejecutar permita un desarrollo de nuestras capacidades y conocimientos.
Para ser felices en el trabajo, hay que alcanzar ambas dimensiones, Dave Ulrich, un estudioso del capital humano, afirma que promover ambientes empresariales que favorezcan la felicidad en el trabajo, se ha convertido en un objetivo estratégico.
La palabra trabajo deriva del latín tripalium, que era un instrumento para sujetar caballos cuando había que herrarlos, y también se usaba para castigar a esclavos y reos; así que el mismo origen del término, hace que inconscientemente no tengamos la mejor actitud ante el compromiso laboral; sin embargo, las teorías modernas impulsan la idea del trabajo, como la posibilidad real para desarrollar habilidades, conocimientos y actitudes que nos ayudan a ser mejores seres humanos.
Por lo tanto, si queremos liderar con mayor nivel de efectividad, también nos toca propiciar un ambiente laboral sano, en donde se sienta el respeto y la vocación por la tarea realizada y busquemos estrategias para lograr niveles de felicidad dentro de la oficina que nos haga encontrar sentido no solo a la tarea ejecutada, sino a nuestra propia existencia.
¿Somos líderes capaces de provocar felicidad en el trabajo? Buen tema para la reflexión.
* Héctor Trejo es Doctor en Administración, egresado de la Universidad Tangamanga, campus Tequis. Actualmente es secretario particular del Delegado Estatal del IMSS, San Luis Potosí; y tiene una amplia trayectoria como conductor de televisión en el programa de noticias del grupo Global Media.