Ir a la universidad es un paso importantísimo que toda persona que quiere triunfar como profesional debe tomar. No te dejes engañar por las esporádicas historias de éxito de algunos millonarios como Steve Jobs y Bill Gates que abandonaron sus estudios y aún así triunfaron. Por supuesto, es posible que eso te suceda pero las probabilidades son mínimas.
Por el contrario, toma como ejemplo las miles de carreras exitosas llevadas a cabo por personas que decidieron ampliar sus conocimientos en una institución educativa, y luego piensa en los millones de estudiantes que cambiaron su vida por haber culminado una carrera universitaria. Quizás no se volvieron millonarios pero disfrutaron de un estilo de vida muy superior al promedio.
No importa cómo lo veas, los estudios son una parte vital de tu crecimiento y conforman las bases de la sociedad en la que vivimos. Una gran cantidad de trabajos requieren que el candidato al puesto tenga al menos algún tipo de licenciatura universitaria e incluso pagan más por el simple hecho de tener una maestría o doctorado.
Si ya sabes esto, es muy probable que quieras asegurarte de elegir bien la carrera universitaria que vas a cursar. Para la mayoría no es cualquier cosa invertir en educación y es necesario pensar muy bien lo que quieres hacer para no arrepentirte más tarde.
Por suerte, seleccionar correctamente tu carrera no es tan difícil como crees, especialmente si sigues los consejos que mencionaremos más adelante. ¡Continúa leyendo!
Antes de que empecemos, necesito que quede muy claro la importancia de estudiar en la universidad. No quiero que pienses que porque éste es un blog universitario estamos siendo poco objetivos al respecto. Al contrario, justamente porque entendemos la importancia de la educación nos dedicamos a esto.
Para ayudarte a tomar la mejor decisión para elegir tu futura carrera, te dejamos el siguiente quiz sin costo para que descubras tu vocación:
Hay una infinidad de ventajas que aparecen una vez que estudias una carrera, pero por ahora sólo mencionaremos cuatro:
Como mencionamos anteriormente, hay muchos trabajos a los que no podrás acceder a menos que cuentes con una licenciatura. Eso de por sí significa que tu rango de posibles empleos se ve reducido de manera significativa en comparación con una persona que sí desarrolló sus conocimientos en una institución académica.
El mercado laboral sabe recompensar a aquellos que ponen de su parte para ser mejores, especialmente si tienen un título detrás que valida su esfuerzo.
A medida que tus conocimientos aumentan (licenciatura, maestría, doctorado) también lo hace tu sueldo. Es cierto que esto también requiere una inversión de tu parte (en tiempo y dinero), pero sin duda valdrá la pena al final.
Una de las ventajas más grandes de estudiar en la universidad es que compartes con otras personas talentosas que también quieren triunfar en el área que te interesa. Esto se presta para que en el futuro tengas una red de contactos o Networking que puede resultar útil para hacer negocios o conseguir trabajo.
Desde tus profesores hasta tus compañeros de clase, todos pueden ayudarte a crecer como profesional por medio de recomendaciones, alianzas, consejos, etcétera.
Como buena institución académica, una universidad tiene la interesante característica de ofrecerte información crucial que te ayudará a ser mejor en lo que te gusta. Por muy buena que sea una persona en matemáticas, sin los conocimientos que involucran su ciencia, no es más que un fanático de los números.
Ahora que hemos definido porqué debes estudiar una carrera universitaria, es hora de que definamos cuál es la manera definitiva de hacerlo. Para eso, hemos recopilado tres pasos que debes seguir para decidir correctamente lo que quieres estudiar.
¿Qué te apasiona? ¿Qué te imaginas a ti mismo haciendo en cinco años? ¿Cuál era la clase en la preparatoria que siempre querías tomar?
El primer paso de elegir una buena carrera es entender qué es lo que te gusta, lo que te mueve. Nadie es bueno en algo que no le agrada, por lo que no tiene sentido que te inscribas en una carrera sólo porque “paga bien” o porque “mis amigos están ahí”.
Si eres de los que tiene gustos poco “académicos”, no te preocupes, siempre hay una forma de darle la vuelta. Por ejemplo, supongamos que eres un gran fanático del futbol pero no tienes la capacidad atlética para ser un profesional, pero, por suerte, eres una persona que sabe escribir muy bien. En ese caso, puedes dedicarte al periodismo deportivo y dirigir esa pasión a tu profesión.
Como ése hay miles de ejemplos, sólo tienes que juntar aquello que te gusta con las habilidades que tienes. Si te apasiona el teatro, pero tu única habilidad son los números, puedes estudiar Contaduría y dedicarte en el futuro a financiar espectáculos.
Hay un sinfín de opciones y la gran mayoría sólo se presentarán si cursaste una carrera universitaria.
Si por el contrario, te cuesta pensar en algo que de verdad te apasiona, puedes tomar una prueba de aptitud vocacional, solamente ten presente que quién decide al final eres tú, no el resultado de la prueba.
Tus padres, hermanos, profesores y amigos tienen otra perspectiva sobre ti. A lo mejor son capaces de ver aptitudes y talentos que tú nunca hubieras considerado. Por eso, hablarles sobre las carreras que rondan tu mente puede hacer que te aporten una retroalimentación muy valiosa para que tomes una decisión.
Sin embargo, no dejes que te desanimen si de verdad hay algo que quieres hacer. Si tu sueño es ser doctor y tus amigos te recomiendan que no lo hagas, no tienes que hacerles caso. Por supuesto, puedes escuchar sus razones, pero la idea es buscar otra perspectiva, no que decidan por ti.
El último paso es investigar y analizar todas las ofertas educativas que están presentes para ti. Investiga cuál es la mejor universidad en el área que te quieres desempeñar, cuánto cuesta, qué te ofrece, qué tan lejos está, si tiene opciones en línea más baratas, qué financiamientos tiene a su disposición.
La elección de la institución es tan importante como la decisión de la carrera en sí, por lo que no debes dejar a un lado esta parte.
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