Los problemas de aprendizaje no son un impedimento para capacitarse y avanzar a diferentes niveles académicos, pero sí conllevan dificultades y retos que los profesionales de la educación deben saber cómo manejar.
Este tipo de trastornos, que generalmente son evidentes desde la niñez, afectan la capacidad para emplear el lenguaje (hablado o escrito), hacer operaciones matemáticas y, en general, prestar atención.
Para que conozcas más sobre este interesante tema, a continuación te explicaremos de qué tratan 5 de los problemas de aprendizaje más comunes, basándonos en información de la Academia Americana de Pediatras.
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Este problema de aprendizaje consiste en la dificultad para leer y se manifiesta cuando los niños empiezan su vida académica.
Aquellos que presentan esta dificultad suelen confundir la letra “b” con la “d” y el número “6” con el “9”, así como diferentes clases de palabras.
Aunque esto pareciera un problema de visión, ya que la confusión se produce cuando los caracteres tienen similitud, la realidad es que se trata de un proceso cerebral, en el que se invierte o modifica la secuencia de información recibida.
Con ayuda terapéutica y apoyo del entorno, es altamente probable que los niños puedan superar este problema antes de los 7 años. Mientras tanto, cuando la dificultad persiste hasta la juventud, éste podría mantenerse durante el resto de la vida.
Otra forma de dislexia, menos común, se evidencia principalmente en la adolescencia, cuando los jóvenes tardan en relacionar las palabras que leen con su verdadero significado, aunque el mismo sea sencillo y de conocimiento común.
Los adolescentes que experimentan este problema suelen leer muy despacio y deben releer en varias ocasiones los contenidos para comprenderlos.
Esta forma de dislexia también se asocia con la dificultad para entender el lenguaje oral, así como para hablar y escribir correctamente.
Se trata de otro de los problemas de aprendizaje que, aunque son comunes, muchas veces no son identificados por los padres y tutores.
En la mayoría de los casos, los niños que presentan disgrafía o agrafía no tienen ninguna dificultad desde el punto de vista intelectual, pues el problema es netamente motor.
Específicamente, la disgrafía consiste en una limitada capacidad para coordinar los músculos del brazo y la mano, lo cual impide dirigir el lápiz de la forma correcta y, por lo tanto, escribir de manera legible a simple vista.
Los alumnos que experimentan esta dificultad suelen escribir con letras muy pequeñas o grandes, siempre con trazos mal formados.
Además, no logran respetar las líneas, renglones o recuadros destinados para la escritura, debido a la rigidez y deficiencias de la postura.
En los casos más agudos, los niños y jóvenes escriben constantemente en el sentido inverso, es decir, de derecha a izquierda.
Por otro lado, al alumno con disgrafía escribe mucho más lento que el promedio, por lo cual los especialistas recomiendan que no deben ser apurados o presionados.
Es importante aclarar que este problema de aprendizaje no conlleva fallas ortográficas o gramaticales.
Al igual que la dislexia, la disgrafía puede enfrentarse con terapias correctivas y demanda mucha comprensión de los entornos.
La discalculia también es conocida como dificultad en el aprendizaje de las matemáticas (DAM). Se trata del equivalente a la dislexia en el ámbito de los cálculos numéricos y la comprensión de fórmulas y conceptos matemáticos.
Éste es uno de los problemas de aprendizaje que pueden afectar de forma distinta en diferentes ciclos de la vida. Algunos de los síntomas que lo evidencia son:
Generalmente, las personas con discalculia tienen un potencial intelectual promedio, aunque siempre es recomendable acudir a un especialista que pueda realizar un diagnóstico preciso de las causas.
Este es otro de los problemas de aprendizaje más comunes en la niñez. A nivel global, se estima que lo presentan entre el 4% y el 12% del total de niños en edad escolar.
Los alumnos con TDHA, como su nombre lo refleja, tienen grandes dificultades para concentrarse en los procesos de aprendizaje, lo cual limita su rendimiento académico en diferentes materias y áreas.
También son impulsivos y enfrentan problemas para adaptarse a las normas internas de las aulas de clases, como mantenerse sentados durante ciertos periodos de tiempo y solicitar permisos para realizar distintas acciones.
El TDHA suele presentarse en la niñez y persistir hasta la edad adulta. Aunque no tiene cura, sí tratamiento; el apoyo terapéutico pueden ayudar a mitigar los efectos y consecuencias.
Al igual que las personas que experimentan otros tipos de trastornos, requieren comprensión de sus seres más allegados y apoyo constante.
Se trata de la dificultad para comprender y recordar palabras y sonidos, lo cual es una gran limitante durante las experiencias académicas, especialmente a temprana edad.
Este tipo de problemas de aprendizaje puede persistir durante la adolescencia y adultez. Como toda deficiencia de procesamiento auditivo, también tiene repercusiones en el habla.
¡Muy bien! Ya sabes cuáles son 5 de los problemas de aprendizaje más comunes que dificultan, pero no impiden, el desarrollo académico.
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