Tras 45 años de trayectoria, Roberto Francisco Ortega Badillo, alumno del Doctorado en Administración en la UTAN Campus Tequis –quien recibió un reconocimiento por tener el mejor promedio de su generación y que ahora está apunto de titularse-, ha recibido una gran distinción al recibir el grado de Doctor Honoris Causa en Ingeniería Sanitaria y Ambiental por parte del Colegio de Grados 33 y la Francmasonería Mexicana A. C., el 21 de julio de este año.
Este grado lo ha recibido por su extenso trabajo con las comunidades indígenas y para que nos platicara más sobre esta interesante labor, así como de su experiencia como alumno de la UTAN, entrevistamos al Doctor Ortega y descubrimos un ejemplo de esfuerzo y dedicación.
La disciplina, el camino hacia el éxito
“Cumplo este mes 40 años como catedrático universitario y 45 de ejercer mis actividades profesionales. Empecé a trabajar desde muy joven, en la secundaria cursé el taller de Tapicería y al terminarla, me dediqué a ese oficio por dos años. De esa manera pude pagar mis estudios de bachillerato en la Escuela Preparatoria Nocturna de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP)”, relata.
Siguiendo el ejemplo de su mamá, de estudiar y trabajar para labrarse un porvenir profesional y ser útil para la sociedad, se decidió a presentar su examen de admisión en la Escuela de Ingeniería de la UASLP, en donde cursó la carrera de Ingeniería Civil, de 1968 a 1973.
“Impulsado por la disciplina que adquirí al trabajar y estudiar, me puse las dos primeras metas de mi vida: ser cinta negra en Judo y titularme como ingeniero civil. La primera la logré en 1971, pues me gradué por el Colegio Nacional de Cintas Negras en la YMCA de la Ciudad de México y participé en diferentes campeonatos nacionales, alcanzando tres de ellos. En 1973, conseguí titularme de la carrera de Ingeniería Civil”, comenta.
Comunidades otomíes, una inspiración para el bienestar
Tras lo aprendido durante su trayectoria deportiva y su carrera, el doctor Ortega pudo integrarse como pasante del Programa de Remodelación de Pueblos en el Estado de México. En este proyecto en el que participó, tuvo el primer contacto con pueblos y comunidades otomíes, y en donde observó que la salud de estas etnias era precaria y las condiciones de saneamiento muy deprimentes.
“En este programa, me desempeñé como residente de obra en la construcción de sistemas de agua potable y de alcantarillado, lo cual mejoró las condiciones de salud de los habitantes de la cabecera municipal en la que realicé mi servicio social”.
Después de este primer proyecto, Roberto adquirió una beca en la Secretaría de Salubridad para estudiar en la División de Estudios Superiores de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Autónoma de Nuevo León (1977-1978). Regresó a San Luis Potosí en un cargo muy importante, y siendo muy joven, fue nombrado delegado de la Subsecretaría de Mejoramiento del Ambiente de la Secretaría de Salud.
Durante este periodo, en 1981, tuvo la oportunidad de asistir como representante de México, acompañando al presidente de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Sanitaria (SMIS A.C.), ahora Asociación Mexicana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (SMISA A.C.), al Primer Congreso Mundial de Ingeniería y Medio Ambiente que se realizó en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. En éste participó en una mesa de trabajo, donde expuso los programas oficiales que se tenían entonces en la Subsecretaría de Mejoramiento del Medio Ambiente.
Posteriormente, Roberto fue director del área de Regulación Sanitaria en la SSA en el mismo estado, en este puesto permaneció por 16 años y ayudó a mejorar y preservar el medio ambiente en las áreas de agua, aire y suelos, así como de manejo de residuos sólidos municipales. También, promovió y fomentó acciones de saneamiento y mejoramiento del ambiente.
“Asimismo, al recibir la beca de la SSA, adquirí el compromiso de integrarme durante un año a impartir clases en una institución de educación superior. Por ello, en 1978, al terminar mi maestría me integré a la plantilla de maestros de licenciatura en Ingeniería Civil en la Facultad del Hábitat de la UASLP, en donde cumplo 40 años como catedrático”.
Emprendimiento con impacto social
Al terminar su ciclo en la administración pública y con la firme intención de continuar promoviendo proyectos enfocados a mejorar la calidad de vida de la colectividad y de los habitantes en condiciones de extrema pobreza en el estado fundó su propia empresa, dedicada al diseño, construcción y supervisión de todo tipo de obras civiles, explicó.
“Es así como desde la iniciativa privada, participé en el diseño y construcción de obras de saneamiento, sistemas de agua potable, de alcantarillado, y de tratamiento y reúso de aguas residuales. En 1989, logré la construcción y puesta en marcha de la primera planta de tratamiento en San Luis Potosí, con ésta se alcanzó el reúso de agua tratada para riego de áreas verdes y recreativas del parque Tangamanga Uno”.
También, en 1991 trabajó en el proyecto de la primera planta de tratamiento de aguas residuales industriales con una capacidad de tratamiento de 300 litros por segundo (en ese momento, la de mayor capacidad en San Luis Potosí) para reúso en el riego agrícola de tierras ejidales en el municipio de Villa de Reyes en ese estado.
Una vida dedicada a la investigación
A pesar de los grandes logros que había alcanzado, el doctor Ortega nunca dejó de plantearse metas. Durante los 35 años que lleva dirigiendo su empresa, ha participado en diferentes cursos y congresos nacionales e internacionales relacionados a la Salud Pública, Ingeniería Sanitaria, Ingeniería Ambiental, Ciencias Administrativas e Ingeniería Civil. Fue para 2007, que Roberto se trazó otra meta y esa era estudiar su segunda maestría, costeada por el mismo, en una institución en Guadalajara. Al titularse por excelencia, promedio de 9.6, recibió una beca del Consejo Nacional de Ciencias y Tecnología (Conacyt) en 2008.
“Entonces, así fue como realicé mi primer doctorado en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma del estado de Morelos, donde estudié Arquitectura, Diseño y Urbanismo, dentro del programa interinstitucional en doce universidades del país”.
“La línea de investigación que seguí fue en medio ambiente y urbanismo, en mi tesis Modelo de Desarrollo Sustentable para comunidades indígenas. Para este trabajo viajé por diversas partes de México y del extranjero, desde el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca hasta Oakland, Estados Unidos y Manabí y Guayaquil, Ecuador”.
De acuerdo con el doctor Ortega, en la primera etapa de su viaje visitó alrededor de 48 comunidades en San Luis Potosí, así como 68 entre los estados de Veracruz, Oaxaca, Estado de México, Durango, Chihuahua, Sinaloa, Sonora, y Baja California Norte. Para 2009, realizó un segundo recorrido que lo llevó por 28 comunidades en Ecuador.
“Los programas en los que estuve involucrado durante el desarrollo de mi tesis fueron de saneamiento, introducción de líneas de conducción y redes de distribución de agua potable, redes de drenaje, perforaciones de pozos, construcción de aulas, sistemas de tratamiento de aguas residuales, reforestación de las comunidades y estudios de compensación ambiental”.
“Desde que comencé a ejercer mi carrera estoy involucrado con las comunidades indígenas; sin embargo, de 10 años para acá he profundizado mi acercamiento por mi trabajo de tesis doctoral, ya que he tenido que recabar información y eso me ha llevado a ahondar en sus usos y costumbres, cultura, lengua, etc. De esta forma, me ayuda a entender cómo arraigar a la gente del campo a sus lugares de origen, claro conociendo con antelación la potencialidad de sus zonas”.
¿Cómo es estudiar en UTAN?
Mientras buscaba una forma de equilibrar su tiempo entre sus actividades familiares, la docencia, la investigación y su empresa, así como integrarse a la docencia en una universidad privada, visitó el campus de Tequis de la UTAN. Ahí conoció al rector José Zilverstein, quien le mostró las instalaciones y le dio una amplia explicación sobre el doctorado en Administración.
“Me atendió con un trato muy amable, afable y cálido; yo aún seguía renuente a seguir estudiando por mi edad y por las múltiples ocupaciones que tengo. Sin embargo, durante nuestra plática, me dijo: ‘véngase a divertir y verá que se la pasará muy bien’. Así fue como me decidí a ingresar al doctorado”.
“Una de las cosas que me agradaron mucho de estudiar aquí fue, primeramente, el aspecto económico, ya que es muy accesible para todos aquellos que deseen continuar su preparación en estudios de posgrado. El segundo aspecto fue el horario en fines de semana, pues de esa forma no descuidé mis actividades profesionales, me dio holgura y me permitió costearme este muy importante grado de doctor en Administración”.
¿Qué se necesita para alcanzar las metas?
“Una parte importante es la perseverancia y la actitud de humildad, sentido común y capacidad de asombro que debe tener un doctor. También es muy relevante que para lograr tus propósitos en la vida tengas disciplina, constancia y dedicación”.
Además, agregó que estar actualizado en el uso de herramientas tecnológicas es un imperativo para los profesionistas en Administración para continuar con su crecimiento. Otra actividad relevante para tener una carrera exitosa es que los estudiantes se integren a colegios o asociaciones de Administración, lo cual les ayudará a ampliar sus conocimientos dentro del área.
El campo laboral de la Administración, señaló, está creciendo y cada vez más se requieren de profesionales expertos en esta materia ya sea para consultorías o bien para desarrollarse dentro de una empresa, lo cual debería llenar de motivación a estudiantes y egresados de esta carrera para seguir adelante y aprovechar esas oportunidades que se están abriendo.
Finalmente, el doctor Ortega indicó que otro consejo que él podría dar a las generaciones que siguen para que alcancen sus metas, es que identifiquen su potencial tanto intelectual como físico y social y se planteen objetivos, estos los ayudarán a lograr sus metas. De esta manera, “lograrán tener más confianza en ustedes mismos”.
